Una de las principales barreras que nos encontramos al emprender es la mentalidad, pasamos de ser consumidor y ver la vida como tal, a ser emprendedor y tener que ver más allá.
Debemos cambiar el chip de consumidor a emprendedor
Para poder cambiar esa mentalidad, tenemos que empezar a fijarnos en las pequeñas cosas, como por ejemplo, cuando vamos a hacer la compra debemos detectar por qué compramos los yogures de una marca y no de otra, ¿Preferimos el precio, la estética, la calidad, el sabor…? Podemos llevar a cabo una investigación de mercados a nivel personal, con el fin de detectar a qué le da importancia el consumidor. Obviamente no todos los consumidores son iguales, y posiblemente no seas tu público objetivo, pero debes ser crítico y empezar a detectar esas pequeñas cosas que marcarán la diferencia en el desarrollo de tu proyecto.
Yo, por ejemplo, en todas las empresas que he trabajado, tanto por cuenta propia como ajena, siempre he desarrollado facilidades para el consumidor, ya que me gustaría que una empresa tuviera esas consideraciones conmigo.
También es verdad que yo estoy enfocada a solucionar problemas, de ahí que me adjudicaran el puesto de responsable de imposibles, pero creo que el futuro está en hacer la vida más fácil al cliente.
Por eso, si tienes una idea y no sabes como enfocarla, mi recomendación es: que como consumidor detectes todos aquellos problemas que tiene ese sector y encuentres la solución perfecta para cada uno de ellos, si encima, pudieras unificar todas las soluciones para poder desarrollarlas y explotarlas como empresa, enhorabuena, tienes los primeros pasos para que tu proyecto vaya viento en popa.
Ve lo que los demás no ven. Lo que los demás deciden no ver, por temor, conformismo o pereza. Ve el mundo de forma distinta.