Pensamos que crear una empresa desde los cimientos es fácil, que con tener una buena idea y mucha ilusión todo saldrá a pedir de Milhouse, pero lo cierto es que no es así, es necesario saber cómo desarrollar ese proyecto con constancia, perseverancia, con el equipo más eficiente y proactivo.

Lo cierto es que de los errores se aprende, pero más vale prevenir que curar, así que si estas pensando en montar un negocio o ya te has tirado a la piscina, échale un vistazo a los 15 errores más comunes que cometemos al emprender para que no se vaya a pique.

1. EQUIVOCARTE EN LA ELECCIÓN DE SOCIOS

Normalmente cuando emprendemos por primera vez, cometemos el error de asociarnos con las personas que tenemos más cerca, como pueden ser amigos, familiares y compañeros de clase. En mi caso, lo hice con personas que apenas conocía de 48 horas porque todos impulsamos la idea en un concurso de emprendimiento, éramos un equipo multidisciplinar, perfecto para cubrir las diferentes áreas que el desarrollo de la idea necesitaba, pero fue un error porque apenas nos conocíamos, si nos hubiésemos parado a pensar quien iba a apostar de verdad por el proyecto en un medio-largo plazo, no habríamos cerrado 2 años después.

Tenemos que basarnos en criterios profesionales a la hora de elegir socios y a veces que una persona de una idea no quiere decir que esté capacitado para desarrollarla como socio, ni la confianza ni la amistad son criterios fiables a la hora de montar una empresa.

2. NO VALORAR LA IMPORTANCIA DEL LÍDER

Una empresa sin líder está abocada al fracaso, pero ¿qué entendemos por líder? Un líder es aquel que dirige y guía al equipo, que representa a la empresa y sus empleados, que motiva y promueve el buen ambiente, quien toma las grandes decisiones de la empresa. Un líder es el capitán del barco, y no tiene por qué ser la misma persona que pone dinero o que creó la empresa, hay que estar cualificado para liderar una empresa y no todo el mundo puede o sabe.

3. UN REPARTO EQUITATIVO DE LAS ACCIONES

Aunque pueda parecer la opción ideal, créeme, no lo es. Eso de repartir el pastel entre todos por igual no funciona a la hora de arrancar la empresa. ¿Por qué? Porque no todos dedicaréis el mismo tiempo y no invertiréis el mismo dinero (CUIDADO: el tiempo es dinero) y porque a la hora de tomar decisiones es un caos. Así que la mejor opción es hacer un pacto entre los socios a la hora de adjudicar las acciones.

4. CONTRATAR SIN PENSAR

Es importante contratar a los trabajadores en función de si encajan en la cultura de nuestra empresa, primero y de su capacidad, después. Nunca invertir este orden de prioridades, porque siempre podemos ampliar sus conocimientos a través de formación, pero no cambiar la forma de ser de alguien para que encaje en la empresa. Para ello es importante definir esa cultura para remar todos en la misma dirección. A partir de ahí, ya se puede pensar en qué servicio se necesita contratar y a quién para que lo desarrolle.

5. BASARTE EN ESTERIOTIPOS

No todos los emprendedores deben estar cortados por el mismo patrón: jóvenes recién graduados, hacer una app o desarrollar su idea en un garaje. Lo importante es no tener miedo al riesgo, contar con capacidad para tomar decisiones, ver oportunidades donde otros no las ven y sentir pasión por lo que se hace. Ese es un buen emprendedor.

6. ENAMORARTE DEMASIADO DE LA IDEA

La idea puede llegar a ser el peor enemigo del emprendedor, enamorarse de un concepto inicial hasta llegar a cegarse y no escuchar a nadie por creer que no va a aportar nada a la idea, es un error. Ninguna idea es perfecta y menos al principio, suelen ser diamantes en bruto que debes pulir.

7. NO SABER DÓNDE TE ESTABAS METIENDO

Emprender es muy duro y requiere mucho sacrificio, sobretodo si tienes responsabilidades familiares, materiales o de cualquier tipo y son difíciles de compaginar. Debes analizar bien el impacto personal de la decisión, además de ser honesto y saber cuándo ha llegado el final de tu etapa en la empresa para salir de ella o para dejarla morir.

8. NO CONOCER TU MERCADO

Debes tener muy presente que no hay que ofrecer un producto o servicio sólo por el hecho de que a ti te guste o te solucione un problema. Debes saber qué es lo que realmente se adapta a las necesidades de tus clientes y conocer muy bien qué es lo que quieren ellos para ofrecérselo, pues son tu verdadero mercado.

9. ENFOCARTE MÁS EN LOS INVERSORES QUE EN LOS POSIBLES CLIENTES

Es un error dedicar más tiempo a vender el proyecto ante los inversores, en busca de un capital que tal vez no es necesario, que a desarrollar un plan de negocio en condiciones ante los posibles clientes. Más numeritos y menos presentaciones.

10. CREER QUE FACTURAR SIGNIFICA COBRAR

Las ventas reflejan el tamaño y crecimiento de tu negocio, pero al final del día lo que verdaderamente importa es la caja, es decir, lo que cobras (una compañía rentable mal gestionada puede quebrar fácilmente). Los días de vida que le quedan a tu empresa los define la caja de la que dispongas.

11. NO CONFIAR EN TECNOLOGÍA ESTÁNDAR

Es mejor utilizar productos que dominas y que conoces, plantillas ya existentes, con un funcionamiento acorde a tus necesidades, que invertir mucho dinero en herramientas únicas supercomplicadas que te quitarán todo el tiempo del mundo. Tampoco hay que subestimar al SEO y crear un buen contenido para la web que se posicionará solo.

12. NO CENTRARTE EN TU PRODUCTO Y EN TU MERCADO

Es muy importante cuantificar el tamaño de la empresa y no lanzarse a un segundo mercado antes de dominar el primero, porque una cosa es diversificar y otra es hacerlo cuando aún no te has consolidado, así te dispersas. Piensa en el modelo de negocio y no sólo en el valor que aporta el producto.

13. NO SER REALISTA

Cuando haces un plan de marketing, debes reflejar datos realistas y alcanzables. Fíjate metas factibles no aspiracionales.

14. PREOCUPARTE POR CAPTAR TALENTO, PERO NO POR MANTENERLO

Es imprescindible cuidar al equipo y su talento con el objetivo de que permanezca en la empresa y ayude a escalar el negocio.

15. NO FORMARTE ANTES DE COMENZAR

Una de las claves de una empresa es tener un equipo formado y sólido, que tenga conocimientos y habilidades específicas según su rol para que el equipo sea verdaderamente multidisciplinar.

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